lunes, 16 de febrero de 2015

La situación del artista y la organización del trabajo artístico en Egipto

Durante mucho tiempo, los únicos sostenedores ("sponsors", se diría hoy) de los artistas fueron los sacerdotes y los príncipes.

Los artistas, que trabajaban en talleres, eran empleados libres o forzados, como jornaleros o esclavos, que tuvieron como sus primeros clientes regulares de obras de arte a los sacerdotes.

Al principio sus creaciones consistían, en su mayor parte, en ofrendas a los dioses; y en monumentos reales, en accesorios para el culto a dioses o al monarca, en instrumentos de propaganda que servían o a la fama de los inmortales o a la fama póstuma de sus representantes.

El estamento sacerdotal y la casa real formaban parte del mismo sistema hierático.
Exigían imágenes solemnes, súblimes, estilizadas, y pretendían prevenir innovaciones artísticas así como reformas de cualquier clase, pues temían toda modificación del orden de cosas existente y declaraban las reglas tradicionales del arte tan sagradas e intangibles como el credo religioso tradicional y las formas heredadas del culto.

Cada uno de ellos buscaba en el artista un aliado para la lucha por el mantenimiento del poder.

No podía darse un arte autónomo, creado por motivos y con fines puramente estéticos.
De hecho, los pintores y escultores en Egipto seguían siendo anónimos artesanos.
Se conocen nombres de arquitectos y esculltores a los que les fueron conferidos, como si fuesen altos funcionarios del Estado, honores sociales, pero, en conjunto, el artista sigue siendo un artesano innominado

El arte de los períodos más antiguos es menos "arcaico" y estilizado que el de los posteriores períodos.
Es en el Imperio Medio cuando se desarrollan los rígidos convencionalismos del arte cortesano-religioso, que no dejan surgir ninguna forma expresiva espontánea.

Principios rectores:

  • idea de un orden superior, supraindivisual y social
  • formas estáticas y convencionales
  • la autoestilización de la clase alta exige que no se permita ser retratada como realmente es sino como tienen que aparecer de acuerdo con ciertos sagrados modelos tradicionales, alejados de la realidad y el presente.
En el Imperio Antiguo:
En el retrato, el KA, esto es, el espíritu protector del muerto, debía encontrar de nuevo, en su verdadera figura fiel a la realidad, el cuerpo en el que antaño habitó. El naturalismo de los retratos tiene su explicación sobre todo en ese propósito mágico-religioso.
En el Imperio Medio:
El rpósito de la representación tiene preponderancia sobre la significación religiosa. Por eso los retratos pierden su carácter mágico y con él su carácter naturalista. No hay un retrato del rey sino un monumento del rey: su expresión ideal.

En ninguna otra época de la historia del arte se ve tan claramente como aquí, que la elección entre naturalismo y arte abstracto es una cuestión de INTENCIÓN y no DE APTITUD.

Lo que tenemos entonces en una "imagen conceptual", con el racionalismo como el rasgo carcterístico de su técnica:
  • Renuncia a la perspectiva, a los escorzos y a las intersecciones.
  • Renuncia al ilusionismo naturalista
  • El principio dominante es el principio de la frontalidad.
Principio de frontalidad:
  • La figura, en cualquier posición, muestra al observador toda la superficie toráxica, de manera que el talle se puede dividir con una línea vertical en dos mitades iguales.
  • Las piernas de una figura deben ser dibujadas siempre de perfil, y ambas deben ser vistas desde la perspectiva de la cara interna, es decir, desde el dedo gordo.
  • la pierna que se adelante y el brazo que se extienda deben ser lo más alejados del observador.
  • la parte derecha de la figura representada es siempre la que está vuelta al observador.
Estas reglas fueron observadas estrictamente por el sacerdocio y la corte, por el feudalismo y la burocracia del Imperio Medio.
Las condiciones sociales no cambian hasta el Imperio Nuevo que surge de las revueltas tras la invasión de los hicsos, donde Egipto queda aislado y encerrado en sí mismo.

Amenofis IV -Ekhenaton-, creador de una religión (idea de monoteismo) fue el primer innovador consciente del arte. Él es el primer hombre que hace del naturalismo un programa consciente y lo opone al estilo arcaico.

Características:
  • Actitud dinámica que se complace en los descubrimientos
  • Se pretende describir una íntima vida espiritual, individual
  • Intento de perspectiva en los dibujos
  • Mayor coherencia en la composición de grupos
  • Interés más vivo por el paisaje
  • Preferencia por la pintura de escenas y acontecimientos diarios
  • Rechazo al viejo estilo monumental
  • A pesar de todas las innovaciones, sigue siendo cortesano, ceremonioso y formal.
Siguen vigentes:
  • el principio de frontalidad
  • la técnica del "acabamiento"
  • las proporciones de acuerdo al rango
  • las reglas de la corrección formal
La escultura es todavía un ARTE SEÑORIAL.
Al soberano ya no se lo pinta como un dios pero todavía está sujeto a la etiqueta de la Corte, aunque las manos y los pies estén dibujados con mayor corrección anatómica y las articulaciones se muevan con más naturalidad.

En la época del Imperio Nuevo los medios expresivos del naturalismo son tan ricos y sutiles que deben tener tras de sí un largo pasado de preparación y perfeccionamiento.
¿De dónde provienen?
El naturalismo había sido una corriente subterránea latente en el arte egipcio.
El egiptólogo W. Spiegelberg aisla esta corriente del resto de la actividad artística y la llama "arte popular" egipcio pero no se poseen evidencias de que haya existido como arte paralelo en forma independiente. Según Hauser la fisura que existe no se abre en dos caminos del arte egipcio sino que está presente en las obras mismas.

Los miembros de la clase señorial son retratados siempre con el estilo cortesano representativo, mientras que los de la clase inferior son a menudo retratados con el estilo naturalista vulgar. Los dos estilos no se diferencian por la conciencia del artista o del público, sino por la naturaleza del tema que se quiere representar.


El arte en el paleolítico y el neolítico

Arnold Hauser, en su "Historia social de la literatura y el arte" (Vol I. Editorial Guadarrama, 1980) aclara que no existe paralelismo alguno entre el arte prehistórico y el arte infantil o el arte de las razas primitivas actuales, ya que éstas últimas son racionales, no sensoriales.

Los dibujos naturalistas del paleolítico ofrecen la impresión visual de una manera directa y pura, libre de añadidos o restricciones intelectuales. Esta capacidad desaparece en el Neolítico porque el hombre sustituye la inmediatez de las sensaciones por el estatismo de los conceptos.

En el paleolítico los cazadores primitivos tenían que recoger o capturar su alimento y no creárselo por sí mismos, entonces el arte tenía una función pragmática: era el medio utilizado para una técnica mágica. El arte era la "trampa" y también la satisfacción del deseo -el animal capturado- a la vez.
Se podría decir entonces que la representación pictórica era la anticipación del efecto deseado. Es decir, no tenía una función simbólica sino una acción objetivamente real.

Esta teoría -del arte como respuesta a un fin práctico- es opuesta a otra que plantea el surgimiento del arte como un pasatiempo análogo al juego, la teoría "del arte por el arte".


Para Hauser, la explicación del arte paleolítico como una forma expresiva u ornamental es insostenible porque las pinturas están ubicadas en lugares inaccesibles y oscuros, y el hecho de la superposición de pinturas indica que se trataba de lugares convenientes para realizar la magia, no un acto artístico.

Es probable que el arte figurado haya sido concebido al principio en forma desinteresada y que, una vez concebido y realizado -quizás hasta por su propio acto creador- haya sido susceptible de ser considerado como poseedor de un uso mágico.

Es justamente la relación de la pintura paleolítica con la magia la que nos ayuda a explicar el naturalismo de este arte: la representación cuyo fin era crear un doble del modelo no podía ser sino naturalista.`

H. Breuil concluye "Si el arte por el arte no hubiese nacido, el arte mágico o religioso no habría existido nunca. Por otro lado, si las ideas mágicas no hubiesen permitido incluir en las más graves preocupaciones de la vida real al arte nacido por sí mismo, éste último, demasiado débilmente ligado a las ocupaciones esenciales de la vida cotidiana, habría corrido el riesgo de permanecer embrionario".

Para Antoine Bon (Introducción general a la historia del arte. Librería Hachette, Bs. As. 1947), las figuras están distribuidas sin una noción de la perspectiva.

La pintura paleolítica es realista pero no es una reproducción total de los elementos del modelo, sino por la elección -consciente o no- de algunos elementos juzgados como indispensables.

El artista no sólo dibuja los detalles visibles desde su ángulo de encuadre, sino también otros que le parecen necesarios, aunque no sean visibles más que para un observador colocado en otra parte (realismo intelectual).





En el neolítico, la actitud naturalista se transforma en una intención artística geométricamente estilizada.

El arte tiende ahora a fijar la idea, el concepto. Los hombres comienzan a crear símbolos en lugar de imágenes similares a la realidad.

Este cambio en el arte es parte de un cambio revolucionario y decisivo en la cultura, que consiste en que, en vez de recolectar o capturar su alimento, el hombre lo produce.

El hombre más o menos se independiza del destino, del azar o la casualidad.
Posee una tierra que rotura, animales que aprende a domesticar, crea herramientas, tiene provisiones alimenticias. La sociedad comienza a diferenciarse en estratos y clases y se comienza a dar una organización del trabajo.

A partir de estos cambios en el modo de vida se producen otros cambios:
- los ritos y cultos sustituyen a la magia y a la hechicería
- surge la idea de toda clase de demonios y espíritus benéficos y maléficos
- la adoración de los espíritus, la fe en las almas y el culto a los muertos (animismo) genera también la necesidad de ídolos, amuletos, símbolos sagrados, etc.
- el animismo divide el mundo en realidad y suprarrealidad.


En resumen:

La magia del Paleolítico
  • tiene una cosmovisión monista
  • se adhiere a lo concreto
  • tiene un pensamiento dirigido a la vida de este mundo
El animismo del Neolítico
  • tiene una cosmovisión dualista
  • se inclina a la abstracción
  • tiene un pensamiento dirigido a la vida del más allá.
Dos factores determinan el cambio de estilo:

1. El paso de una economía parasitaria a una economía constructiva y productora.
2. La sustitución de la imagen monística del mundo por el sentimiento dualístico de la vida.

En el neolítico el arte es animista.
El animista representa la realidad, no como la imagen de una esencia homogénea, sino como la confrontación entre dos mundos.

El estilo del arte neolítico es formalista, geométrico-ornamental, y está directamente relacionado a una organización severa y conservadora de la economía, a una forma autocrática de gobierno y a una perspectiva hierática de la sociedad, impregnada del culto y la religión. 

Fue con los creadores de las pinturas de animales hechas en el paleolítico con la mencionada finalidad mágica que se dio la primera especialización y división del trabajo.
Porque estos "artistas-magos", dotados de poderes y reverenciados como hechiceros, quedaron liberados de la obligación de buscar el alimento.
Esta liberación habla incluso de la relativa mejoría de las condiciones vitales, y significa que el grupo puede permitirse ya el lujo de la existencia de "ociosos". 

Es entonces cuando se da la separación entre arte sagrado y arte profano.
El arte sagrado es realizado exclusivamente por magos-sacerdotes, y el arte profano queda limitado a la artesanía de las mujeres y a la industria doméstica.
Según Hörnes, "ese estilo geométrico es, ante todo, un estilo femenino; tiene un carácter femenino y lleva al mismo tiempo la huella de la disciplina y la domesticación". Se realiza un reparto de funciones por sexo pero no constituye una "clase artística".

Será con el comienzo del comercio, la formación de ciudades y mercados, el crecimiento de la población y la creciente división del trabajo que los creadores de imágenes de espíritus, dioses y hombres, de utensilios decorativos, abandone el ámbito del trabajo doméstico y pase a ser un especialista que viva de su oficio: el artesano.