jueves, 15 de mayo de 2014

La revolución francesa. Las características de la sociedad durante el Antiguo Régimen

La revolución francesa constituye, junto a las revoluciones holandesa e inglesa del siglo XVII, la coronación de una larga evolución económica y social que hace de la burguesía la dueña del mundo.
Según Marx y Engels, los medios de producción sobre los que se había edificado el poder de la burguesía se crearon y desarrollaron en el interior mismo de la "sociedad feudal".
A fines del siglo XVIII, el régimen de propiedad, la organización de la agricultura y de la manufactura no correspondían ya a las fuerzas productivas en pleno desarrollo y constituían una serie de obstáculos para la producción.

¿Cómo era Francia en 1789, en el Antiguo Régimen?


La sociedad era de esencia aristocrática, con base en el privilegio del nacimiento y la riqueza territorial.
Pero esta estructura tradicional estaba minada por la evolución de la economía, donde cada vez era más importante la riqueza mobiliaria y con ella el poder de la burguesía.
Además, el conocimiento positivo y la filosofía de la Ilustración minaron los fundamentos ideológicos del orden establecido.
Las clases populares, campesinas fundamentalmente, no eran capaces de concebir cuáles eran sus derechos y el poder que podían llegar a tener, y la burguesía se les presentaba naturalmente, por su riqueza y su brillo intelectual, como la única guía.

La monarquía, con poder absoluto, continuaba siendo de derecho divino y el rey de Francia era considerado el representante de Dios en la tierra.
Si Luis XIV había llevado el sistema monárquico a un grado de autoridad jamás alcanzado, no había hecho de este sistema una construcción lógica y coherente.
¿Por qué?
- Porque la unidad nacional continuaba inacabada
- el crecimiento demográfico y el alza de precios intensificaron las tensiones, agravando la crisis.

La población de Francia paso de 19 millones de habitantes a fines del siglo XVII, a 25 millones de habitantes en vísperas de la revolución.
Entretanto, a modo comparativo, Inglaterra tenía una población de 9 millones, y España de 10,5.
La media de vida eran los 29 años poco antes de la revolución.
Este crecimiento demográfico se debía, además de una alta tasa de natalidad, al hecho de que habían desaparecido las grandes crisis por hambre y epidemias.
Este desarrollo demográfico aumenta la demanda de productos agrícolas y contribuye al aumento de precios.

El origen de los tres estamentos se remonta a la Edad Media:

- el clero - los que rezan; el estamento más antiguo
- La nobleza - los que combaten
- El tercer estado - los que trabajan

La formación del 3º Estado fue lenta.
En un principio figuraban sólo los burgueses, es decir los hombres libres de las ciudades que gozaban de un fuero o una carta.

Los campesinos integran  por primera vez este estamento en 1484, en la elección de los diputados de ese orden.
Voltaire define los órdenes como "naciones dentro de la nación".

¿Los estamentos eran clases sociales?
No, porque cada uno de ellos estaba dividido en grupos más o menos antagónicos.

El Tercer Estado:
Representaba a la inmensa mayoría de la población, a más de 24 millones de habitantes en los finales del Antiguo Régimen.

Estaba integrado por:
- las clases populares del campo y las ciudades
- la pequeña y mediana burguesía: los artesanos, comerciantes y quienes ejercían profesiones liberales
- la alta burguesía

El Tercer Estado constituía un estamento pero no una clase.
La unidad del Tercer Estado se sustentaba en base a la oposición contra los privilegios, y la reivindicación de la igualdad civil.

La burguesía, ocupaba por su riqueza y su cultura, el primer puesto en la sociedad, algo que estaba en contradicción con la existencia de los estamentos privilegiados. Y constituía una minoría dentro del Terer Estado.

Francia a fines del siglo XVIII seguía siendo agrícola, y desde el punto de vista industrial era un país de artesanos. El crédito estaba poco extendido, y el dinero circulante era escaso.


Estas características repercutían en la composición social de la burguesía:


La burguesía rentista -  ociosa, vivía del interés del capital. constituía el 10% de la burguesía.
La burguesía de las profesiones liberales - los funcionarios eran propietarios de su cargo porque lo habían comprado. Algunos de ellos estaban cercanos a la aristocracia, otros estaban en una situación "media". Muchos de estos últimos, quienes estaban vinculados a las leyes, formaron parte de la revolución en 1789.
La pequeña burguesía artesana y comerciante - poseía los medios de producción y constituía 2/3 partes de la burguesía.
La gran burguesía de las finanzas ocupaba el primer lugar: los cobradores de impuestos, los banqueros, los proveedores del ejército y los funcionarios de finanzas constituían una verdadera aristocracia burguesa, con frecuencia unida a la aristocracia de nacimiento.
La burguesía comerciante era especialmente floreciente en los puertos marítimos: Burdeos, Nantes, La Rochelle. Y la industria significaba para ellos un anexo del negocio de la comercialización:  proporcionaba a los artesanos que trabajaban en su domicilio la materia prima, recibiendo el producto terminado.

Los burgueses tratan de acceder a la "respetabilidad" desde el punto de vista social, es decir, ser respetables como los aristócratas, mediante la compra de tierras y bienes raíces o de títulos de oficiales reales que le confiere a sus poseedores pasar a ser nobles, y trasmitir esa condición a través de la herencia. Las clases populares urbanas
 Dentro de lo que se dio en llamar "clases populares" también existían divisiones internas y reaccionaron de diferente manera durante la revolución.

El artesano
El artesano trabajaba en su casa, sus herramientas de trabajo, en general, le pertenecían, y no estaba sometido a la vigilancia del comerciante. Con frecuencia contrataba a compañeros suyos para realizar un trabajo, por lo que de alguna manera se transformaba en un pequeño patrono. Pero en realidad, desde el punto de vista económico, este artesano no era más que un asalariado del comerciante acaudalado.
En estos oficios de tipo artesano, el taller familiar constituía la célula autónoma de producción. Y en muchos casos entonces, vivían bajo el techo del dueño con "pan, olla, cama y casa".

La crisis económica
Las condiciones de vida de éstos se agravaron en el siglo XVIII. El aumento de la población en las ciudades y la subida de los precios contribuyó al desequilibrio de los salarios con relación al costo de vida. Por otro lado, las agudas crisis agrícolas -por mediocres o malas cosechas, provocaban la subida incontenible de precios.
Los cereales eran los que más aumentaban. Y el pan era el elemento primordial del pueblo.
E. Labrousse atribuye al pan más de la mitad de la renta popular, un 16% a las legumbres, al tocino y al vino, un 15% al vestido, 5% a la calefacción y 1% al alumbrado.
El costo de vida aumento en un 45% durante el ciclo 1771 - 1789, y un 62% durante los años 1785-1789.
En vísperas de 1789, la parte del pan en el presupuesto popular constituía un 58% como consecuencia de la subida general de precios, y en 1789 llegó hasta un 88%. No quedaba más que un 12% de los ingresos para los demás gastos.
La subida de salarios, en larga duración, fue muy débil con relación a la de los precios.
Así fue como el hambre movilizó a los sans-culottes.

La reivindicación esencial del pueblo estaba en el pan. La gravedad de la crisis económica hacía su existencia cada vez más difícil.
La mendicidad, debido al paro, se multiplicó; estos desocupados hambrientos constituyeron uno de los elementos fundamentales del levantamiento de la gente.

El campesinado
En el final de Antiguo Régimen, Francia seguía siendo un país esencialmente rural.
La producción agrícola dominaba la vida económica. De ahí la importancia del campesinado durante la revolución.
En 1789, Francia tenía una población de 25 millones de personas, de las cuales más de 20 millones constituían población rural. En 1846, la población rural representaba el 75% de la población total.El campesinado estaba compuesto por un núcleo de pequeños propietarios de parcelas, y una gran mayoría que no tenían tierras y que constituían un proletariado rural.

La explotación tradicional del suelo permitía en cierta medida a los campesinos pobres compensar su falta de tierras con el uso de los pastos comunales: cada campesino podía pastar en ellas (prados y campos no cercados) el ganado, así como también espigar y rastrojar.
Los campesinos ricos eran hostiles a estos derechos colectivos que restringían la libertad de explotación y su derecho de propiedad; los pobres, por el contrario, estaban muy pegados a ellas, ya que podían subsistir gracias a esos derechos.
Este formato de explotación, obviamente, no favorecía la transformación de la agricultura en un sentido capitalista.

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